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Cómo leer a Huángbò: silencio, coraje y vacío..

Este texto no está hecho para ser comprendido como un tratado filosófico. No ofrece argumentos ni explicaciones progresivas. Es una enseñanza que busca desarmar, no convencer.

Cada párrafo, cada afirmación rotunda, es un dedo que señala la luna. No debemos mirar el dedo, sino atrevernos a girar la mirada hacia lo que señala: la naturaleza de la Mente tal como es, antes del pensamiento.

Huángbò nos habla desde el corazón del Chan:

  • una vía directa y silenciosa

  • donde no hay nada que alcanzar

  • y donde todo lo que somos ya es expresión perfecta de lo incondicionado

Este tipo de enseñanza no es para ser interpretada, sino dejada actuar. No se trata de acumular sabiduría, sino de ver lo que ya está presente cuando dejamos de buscar.

Quizá, en algún momento, sin saber cómo, una frase penetra y algo se detiene dentro de nosotros. Ese es el lugar donde Huángbò nos está esperando.


“La mente es el Buda. No hay otro Buda que buscar, ni otra mente que cultivar.”
— Huángbò Xīyùn

Meditación/reflexión..

Sobre la Transmisión de la Mente (Parte 2)

(9) Esta Mente pura, la fuente de todo, brilla eternamente y sobre todos con el resplandor de su propia perfección. Pero las personas del mundo no despiertan a ella, considerando solo lo que ven, oyen, sienten y conocen como mente. Cegados por su propia vista, oído, tacto y conocimiento, no perciben el brillo espiritual de la sustancia de la fuente. Si tan solo eliminaran todo pensamiento conceptual en un instante, esa sustancia fuente se manifestaría como el sol ascendiendo a través del vacío, iluminando todo el universo sin obstáculos ni límites. Por lo tanto, si ustedes, estudiantes del Camino, buscan progresar a través de la vista, el oído, el tacto y el conocimiento, cuando se vean privados de sus percepciones, su camino hacia la Mente se cortará y no encontrarán por dónde entrar. Solo comprendan que, aunque la Mente real se expresa en estas percepciones, ni forma parte de ellas ni está separada de ellas. No deben razonar a partir de estas percepciones, ni permitir que den lugar a pensamientos conceptuales; pero tampoco deben buscar la Mente Única aparte de ellas o abandonarlas en su búsqueda del Dharma. No las retengan ni las abandonen, no habiten en ellas ni se aferren a ellas. Todo existe espontáneamente, pues no hay ningún lugar que esté fuera de la Mente del Buda.

(11) Los estudiantes del Camino deben comprender que los cuatro elementos que componen el cuerpo no constituyen el «yo», que el «yo» no es una entidad y que, por lo tanto, se puede deducir que el cuerpo no es ni «yo» ni una entidad. Asimismo, los cinco agregados que conforman la mente (en el sentido común) tampoco constituyen un «yo» ni una entidad; por lo tanto, se puede deducir que la mente (llamada individual) no es ni «yo» ni una entidad. Los fenómenos sensoriales también son vacíos: los seis órganos sensoriales, seis tipos de percepción y seis tipos de objetos percibidos. Estos dieciocho aspectos de los sentidos, tanto por separado como en conjunto, son vacíos. Solo existe la Fuente de la Mente, ilimitada en su extensión y de absoluta pureza.

(17) Las personas ordinarias se entregan al pensamiento conceptual basado en los fenómenos del entorno, por lo que sienten deseo y aversión. Para eliminar los fenómenos del entorno, simplemente pon fin a tu pensamiento conceptual. Cuando este cesa, los fenómenos del entorno son vacíos; y cuando estos son vacíos, el pensamiento cesa. Todas las cosas no son más que Mente, una Mente intangible. Aquellos que son estudiantes de Prajñā sostienen que no hay nada tangible en absoluto, por lo que dejan de pensar en los Tres Vehículos. Solo existe una única realidad, que no puede ser ni realizada ni alcanzada. «No obtuve nada de la Iluminación» dijo el Buda. Solo hay una misteriosa y tácita comprensión.

(18) Si un hombre ordinario, cuando está a punto de morir, pudiera ver los cinco elementos de la conciencia como vacíos; los cuatro elementos físicos como algo que no constituye un «yo»; la Mente real como informe, sin venir ni ir; su naturaleza como algo que no comienza con su nacimiento ni perece con su muerte, sino que es íntegra e inmóvil en sus profundidades; su Mente y los objetos del entorno como uno solo… alcanzaría la Iluminación en un instante. Ya no estaría atrapado en el Triple Mundo; sería un Trascendedor del Mundo. No tendría inclinación al renacimiento. No sentiría temor ni deseo ante visiones gloriosas u horribles. Sería uno con lo Absoluto, ajeno al pensamiento conceptual, habiendo alcanzado el estado de ser incondicionado.

(23) La mente del Bodhisattva es como el Vacío y todo es abandonado por ella. Abandonar pasado, presente y futuro: eso es el abandono total del Triple Tiempo. Desde que el Tathāgata confió el Dharma a Kāśyapa hasta ahora, la Mente ha sido transmitida con la Mente, y estas Mentes han sido idénticas. Una transmisión sin palabras, una comprensión misteriosa. La Mente no es Mente, y la transmisión no es realmente una transmisión.

(25) El término unidad se refiere a un brillo espiritual homogéneo, la Mente Única, manifestada en los seis órganos sensoriales. Entre estos órganos y sus objetos surgen las seis percepciones sensoriales, formando dieciocho reinos sensoriales. Si comprendes su vacuidad, los unirás en un único brillo espiritual que es la Mente Única. Todos los estudiantes del Camino saben esto, pero al formar conceptos sobre ello, se encadenan y no logran una comprensión tácita de la Mente original.

– Maestro Huang Po


☸ Este texto está basado en fragmentos del tratado clásico La transmisión de la mente (Chuan Xin Fa Yao, 傳心法要), atribuido al maestro Chan Huángbò Xīyùn (siglo IX).

Jordi Clement

Autor Jordi Clement

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